información de seguridad, composición y uso de nuestros esmaltes
Nuestros esmaltes están clasificados según su uso y seguridad, incluyendo opciones aptas para contacto con alimentos y otras para uso decorativo y artístico.
Es importante destacar que ninguno de nuestros esmaltes, incluidos los de uso decorativo y artístico, contiene óxidos de plomo como componente principal. Por ejemplo, el material comúnmente conocido como 'greta', que puede referirse al litargirio (un mineral de óxido de plomo (II)) o al minio (también llamado plomo rojo).
Si planeas producir piezas artísticas, decorativas o funcionales que no estarán en contacto con alimentos, las consideraciones de seguridad son mucho menos estrictas. Sin embargo, si tu intención es fabricar vajillas u objetos destinados al contacto con alimentos, te recomendamos leer con atención la siguiente información.
Nuestras categorías de seguridad
Nuestros esmaltes se clasifican en las siguentes cuatro categorías.
Categoría A: Con el uso y aplicación adecuados, es apto para la producción de piezas en contacto con alimentos, sin restricciones por metales pesados. No está compuesto por materiales que puedan tener plomo.
Categoría B: Con el uso y aplicación adecuados, puede cumplir con los límites de plomo permitidos para esmaltes vidriados en contacto con alimentos. Contiene algunos compuestos que pueden contener plomo o cadmio.
Categoría C: No contiene plomo ni cadmio pero no es apto para alimentos debido a su textura, craquelado u otras propiedades.
Categoría D: Contiene algunos compuestos de plomo o cadmio. No apto para alimentos debido a su textura, craquelado o posible lixiviación de materiales tóxicos.
Sobre el Uso de Esmaltes en Cerámica Alimentaria
En esta sección exploraremos algunos de los factores que determinan si un esmalte es apto para contacto con alimentos.
Lo primero que debe destacarse es que la producción de cerámica para contacto con alimentos conlleva cierta responsabilidad. Es un proceso que requiere conocimiento de los materiales y su comportamiento, respaldado por estudios técnicos y empíricos. Aunque esta guía no pretende capacitar a quienes deseen fabricar cerámica apta para alimentos, puede servir como un punto de partida para una investigación más detallada.
En términos de seguridad alimentaria, la ley mexicana solamente establece que la cerámica esmaltada debe cumplir con los límites de liberación de plomo y cadmio mediante pruebas de lixiviación en superficies esmaltadas. Sin embargo, ¿qué pasa con otros factores que podrían afectar la seguridad de la superficie de una pieza de cerámica? ¿Qué hace a un esmalte apto para alimentos?
¿Cuáles son los factores principales que hacen a un esmalte apto para alimentos?
Para que un esmalte sea adecuado para alimentos, deben cumplirse los siguientes factores:
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Una aplicación correcta: La aplicación debe ser uniforme y consistente para garantizar que no haya áreas con exceso de grosor o falta de esmalte, lo que podría comprometer la seguridad del esmalte.
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No debe liberar materiales tóxicos: Es esencial que el esmalte no libere sustancias tóxicas en niveles peligrosos, como plomo o cadmio, que puedan filtrarse en los alimentos y representar un riesgo para la salud. Para más información sobre el cumplimiento de la prueba de liberación de plomo y cadmio.
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Debe alcanzar su nivel de maduración adecuado: El esmalte debe cocerse a la temperatura correcta por el tiempo correcto para que obtenga sus propiedades óptimas.
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Compatibilidad del esmalte con el cuerpo cerámico: Un esmalte bien ajustado no debe presentar craquelado (fisuras) ni desprenderse del cuerpo cerámico. Las fisuras en la superficie del esmalte pueden facilitar la liberación de sustancias dañinas, comprometer la integridad y resistencia del recubrimiento, y favorecer la acumulación de bacterias.
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Debe tener una superficie lisa: Un esmalte apto para alimentos debe tener una superficie lisa. Las texturas rugosas pueden albergar bacterias, lo que podría hacer que la pieza no sea segura para el contacto con alimentos. Una superficie lisa facilita la limpieza y evita la acumulación de microorganismos.
Aunque los requisitos para vajillas son estrictos, las piezas diseñadas para el almacenamiento de alimentos presentan aun mayor riesgo. Una pequeña colonia de bacterias en una grieta puede multiplicarse rápidamente y contaminar el alimento.
Sobre la lixiviación y la liberación de materiales tóxicos
El término "lixiviar" o "lixiviación" se refiere a un proceso en el que se separan sustancias (solutos) de un material sólido mediante un líquido disolvente. En el contexto de los esmaltes cerámicos, esto se relaciona con la posibilidad de que sustancias ácidas o alcalinas presentes en alimentos como café, cítricos o vinagretas liberen materiales tóxicos. Este efecto se intensifica si el contacto es prolongado o si dichas sustancias están calientes.
Históricamente la preocupación principal sobre lixiviación en los esmaltes cerámicos es la liberación de plomo. Es importante destacar que ninguno de nuestros esmaltes, incluidos los artísticos y decorativos, contiene óxidos de plomo como componente principal, conocidos comúnmente como “greta” (por ejemplo, el litargirio, un mineral de óxido de plomo (II), o el minio, también llamado plomo rojo). Más allá del contenido de plomo y cadmio tomamos varias estrategias para producir esmaltes lo más seguros posibles.
En nuestros esmaltes de la Categoría A evitamos el uso de materiales tóxicos como plomo, cadmio, cromo, litio, bario, etc. Finalmente cuando un esmalte está compuesto por materiales inofensivos una posible lixiviación es una cuestión puramente funcional, estética y no de salud.
A pesar de que los esmaltes de la Categoría A no contienen ningún ingrediente que contiene estos materiales peligrosos, es responsabilidad de cada productor de cerámica garantizar que su producto final sea seguro para el contacto con alimentos, protegiendo la salud del consumidor. Recuerda que una aplicación o cocción incorrecta, contaminación del material, o la presencia de propiedades como craquelado en el producto final, puede provocar que la pieza no sea apta para alimentos.
Sobre la prueba de liberación de plomo y cadmio
En cuanto a la seguridad alimentaria en cerámica vidriada, la ley mexicana exige que la cerámica esmaltada cumpla con los límites establecidos para la liberación de plomo y cadmio mediante pruebas de lixiviación en superficies esmaltadas. Estos límites están alineadas con normativas internacionales.
Como mencionamos previamente, los esmaltes de la Categoría A están formulados sin materiales tóxicos como plomo, cadmio, cromo, litio, bario, entre otros. Al someter estos esmaltes a pruebas de liberación de plomo y cadmio, no se detecta la presencia de plomo ni cadmio.
Por otro lado, los esmaltes de la Categoría B contienen algunos compuestos de plomo y/o cadmio, pero pueden cumplir con las pruebas de liberación de plomo y cadmio. Esto significa que hemos realizado múltiples pruebas en piezas elaboradas con esmaltes de la Categoría B, enviándolas a laboratorios certificados por la Secretaría de Salud. Estas piezas han mostrado en repetidas ocasiones cumplir con las normas de plomo y cadmio para cerámica alimentaria.
Sin embargo, es crucial entender que diversos factores durante la producción de las piezas pueden aumentar el nivel de liberación de sustancias tóxicas. Entre estos factores se incluyen una aplicación incorrecta del esmalte, un proceso de quema inadecuado o incompatibilidades entre el cuerpo cerámico y el esmalte. Por esta razón, cada productor de cerámica destinada al contacto con alimentos es responsable de garantizar que su producto final cumpla con los estándares de seguridad alimentaria.
La ley mexicana, a través de la NOM-231-SSA1-2016, exige que todos los productores de vajillas sometan sus productos finales a pruebas de liberación de plomo y cadmio en laboratorios certificados. Este proceso garantiza la seguridad del consumidor y el cumplimiento de las normativas vigentes.
Es fundamental recordar que una aplicación o cocción incorrecta, contaminación del material, la presencia de propiedades como el craquelado en el producto final, entre otros factores, pueden hacer que la pieza no sea apta para el contacto con alimentos.
No es posible certificar un esmalte crudo como cumplidor de estas normas; solo las piezas finales producidas por cada fabricante pueden ser certificadas. En este sentido, nuestros esmaltes de Categoría A son los más seguros, ya que no contienen ningún ingrediente que contenga plomo ni cadmio. No obstante, como mencionamos en la sección anterior, el hecho de ser libre de plomo no es el único factor que hace a un esmalte adecuado para alimentos.
Sobre el craquelado y la compatibilidad del esmalte con el cuerpo cerámico
El craquelado es uno de los problemas más comunes en los esmaltes vidriados para cerámica, afectando tanto a hobbyistas como a ceramistas profesionales.
La causa principal del craquelado es una incompatibilidad en la expansión térmica entre el esmalte y el cuerpo cerámico. Este fenómeno puede manifestarse de inmediato o aparecer días, semanas o incluso meses después de que la pieza ha salido del horno. El calentamiento y enfriamiento repetido de la pieza puede revelar esta incompatibilidad en forma de craquelado.
Una incompatibilidad entre el esmalte y el cuerpo cerámico afecta profundamente la durabilidad mecánica y química de la pieza. Esto la hace intrínsecamente más propensa a la lixiviación y, en caso de presentar craquelado, las grietas pueden convertirse en puntos de cultivo para bacterias.
Es fundamental entender que ningún esmalte es universalmente compatible con todos los cuerpos cerámicos. Si un esmalte comercial no craquela en un cuerpo cerámico, es una mera coincidencia. Una excepción son los fabricantes que producen tanto cuerpos cerámicos como esmaltes, y que pueden ajustar específicamente un esmalte para que sea compatible con un cuerpo cerámico en particular.
Nosotros publicamos toda la información disponible sobre los cuerpos cerámicos de baja temperatura en México que hemos probado y su interacción con nuestros esmaltes, ofreciendo una guía sobre qué materiales presentan mayor compatibilidad entre sí.